¿Y si la pereza en vez de un pecado y un vicio fuera un mecanismo evolutivo que permitiera a ciertas especies tener más posibilidades de sobrevivir? Esa es una de las interpretaciones que podrían hacerse de los resultados de un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Kansas.

Los investigadores estudiaron doscientas especies de moluscos e invertebrados marinos. Algunas de ellas ya extintas y otras existentes en la actualidad. Y lo que descubrieron fue que aquellas que necesitaban gastar más energía para sobrevivir, fueron las que se extinguieron antes.

La «pereza» de algunas de estas especies aún presentes en nuestros mares, sería un arma que les permitiría reducir su actividad energética al mínimo, lo que ampliaría sus posibilidades de supervivencia. Según los autores del estudio, el gasto energético podría ser una herramienta para deducir que especies tienen más riesgo de extinguirse antes.

Fuente: The Guardian.

Vicente Fernández López