Es cierto que la orina contiene nitrógeno, y que este elemento químico es un nutriente fundamental en la práctica de la horticultura, pero también lo es que la concentración de nitrógeno en la orina es demasiado alta y que recurrir a la micción directa sobre las plantas puede causar que se quemen, algo parecido a lo que le sucede al césped con el cloro de las piscinas.

Orinar en las plantas solo es un buen consejo cuando están muertas: algunos horticultores argumentan que el fluido es una fuente de nitrógeno muy buena en el proceso de compostaje, y que es adecuado aliviar la necesidad biológica en la biomasa destinada a convertirse en compost.

Redacción QUO