Las llamadas abejas asesinas son un híbrido entre una especie africana y otra de Brasil. Y aunque son más pequeñas que las normales son mucho más agresivas y atacan con más facilidad en grandes enjambres. Su veneno no es más mortífero que el del resto de variedades, pero al ser tantas, su ataque puede tener fatales consecuencias. De heccho, está documentadas unas doscientas muertes causadas por esta especie desde su aparición en los años 50, aunque en la mayoría de los casos las víctimas de sus ataques logran salvarse y recuperarse. Pero, ¿que las hace tan peligrosas?

Para intentar averiguarlo, un equipo de la Universidad de São Paulo, en Brasil, ha realizado un estudio, y ha encontrado en su organismo dos sustancias sospechosas. La primera, una neurohormona llamada Allatostatins A, vinculada al aprendizaje y la memoria. Y la segunda, un tipo de neuropéptidos conocidocomo taquicininas, cuya función sigue sin estar muy clara.

Hay que decir que esas sustancias también están en el organismo de las abejas normales, pero las de las abejas asesinas presentan ligeras diferencias. Por eso, los investigadores probaron a inyectarlas en los cerebros de abejas normales, y el resultado fue el esperado: se volvieron tan agresivas como las asesinas.

fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López