Su presencia en zonas donde ha habido un desastre ecológico de grandes dimensiones relacionado con fugas de petróleo siempre ha llamado la atención de los científicos. El microbio “Alcanivorax borkumensis” puede encontrarse en todos los océanos del mundo, pero esta concentración tan masiva en áreas contaminadas por hidrocarburos ha provocado que se convierta en motivo de estudio. De hecho, el genoma de la bacteria ya fue secuenciado hace más de 10 años por un par de investigadores alemanes, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha querido profundizar más.

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Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad INRS de Quebec ha sido capaz de identificar las enzimas que producen las bacterias y que les sirven para descomponer el crudo, y han sido capaces de estudiar cómo de eficaces llegaban a ser en este proceso. Y han comprobado que estas bacterias tienen un hambre voraz, en cuanto a petróleo se refiere, y que sus enzimas consumían casi todas las moléculas que conforman el crudo. En concreto, las bacterias “hambrientas” son las hidroxilasas que llegaron a romper las estructuras de un 80% de los compuestos del petróleo.

Así que, podemos decir que este microorganismo es muy prometedor en caso de que se quiera acelerar el proceso de limpieza de un derrame de hidrocarburos en agua o incluso en el suelo. Eso sí, por el momento es solo teoría, y para la práctica habrá que esperar más y no hay una fecha concreta de prueba en un entorno marino. Ahora también se piensa en nuevas actuaciones como conseguir que ese “hambre” que tienen sea aún más voraz, lo que podría hacer que se volvieran mucho más eficientes en su trabajo por eliminar cualquier signo de contaminación por un vertido indeseado.

Fuente: Business Insider

Alberto Pascual García