El infanticidio es una práctica bastante habitual entre distintas especies animales. Y, ahora, investigadores del OrcaLab, en Canadá, han documentado el primer caso conocido entre las llamadas ballenas asesinas. Los biólogos avistaron a un marcho de orca acompañado por su madre acechando a una presa y, unos minutos después, descubrieron que se trataba de una cría de la misma especie.

La persecución no duró mucho, y en breves instantes, el macho atrapó a la cría con sus fuertes mandíbulas y acabó con su vida. Pero, ¿por qué hizo algo así? Pues no fue por hambre, ya que no se la comió, sino que actuó motivado por lo que los especialistas denominan «comportamiento sexual seleccionado».

Sgún los investigadores que han registrado el incidente, al matar a la cría, se pretendía que la madre volviera a estar disponible como posible pareja. Es decir, el macho asesino estaba asegurándose que tenía más oportunidades para aparearse. Pero, ¿por qué su madre colaboró en el infanticidio? Según los biólogos, no es extraño ver a hembras que ya han superado la edad reproductiva acompañando a sus hijos en las tareas de caza, y ayudándoles a buscar posibles aprejas para reproducirse.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López