Si la Tierra rotara más rápido, y la fuerza centrífuga pudiera igualarse a la atracción gravitatoria, sí ocurriría.

Otro modo: si el planeta rotara tan rápidamente que en su superficie se consiguiera la velocidad orbital (aquella a la que el cuerpo estaría en órbita en torno a la Tierra, como un satélite artificial) cualquiera dejaría de sentir el peso y quedaría flotando en el aire.

¿Y cuánto es eso? Tanto como lograr que la Tierra diera casi media vuelta por minuto.

Estos cálculos valen para el Ecuador, donde la velocidad de rotación es máxima.

Enviada por Gonzalo Romeo, correo electrónico

Redacción QUO