La tentación vive en la panadería. Da igual la hora que sea: si pasas al lado de un establecimiento donde se hornea pan, es fácil empezar a salivar y desear dar un pellizco a la barra de pan. Pero según una nueva investigación realizada por la Universidad de Sheffield, el pan perjudica de forma notable el medio ambiente.

Según explican en su estudio, el factor más dañino es el uso de fertilizantes usado para cultivar el trigo, el cual representa el 43% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según explica Liam Goucher, autor principal de la investigación, «la gente es muy consciente del lugar de donde viene el pan, pero existe una falta de comprensión absoluta sobre el impacto ambiental de este producto». Según los investigadores, es preocupante el uso de los fertilizantes de nitrato de amonio, ya que se está utilizando «a un ritmo insostenible».

Alrededor del 60% de los cultivos se realizan con el uso de fertilizantes, compuestos de productos químicos como el metano, el dióxido de carbono, el amoníaco o el nitrógeno. Mientras que los fertilizantes sintéticos pueden impulsar el crecimiento de las plantas (y por ende, elevar los rendimientos), también contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.

La investigación, publicada en la revista Nature Plants, ha analizado el proceso completo de producción detrás de una barra de pan (cultivo y cosecha de trigo, el momento en el que se muele el grano, la producción de harina, hornear el pan y la producción de la hogaza final en la tienda). Los datos indican que el cultivo de trigo para elaborar el pan era la que mayor influencia tenía en la producción de gases de efecto invernadero, principalmente por culpa del uso de fertilizantes. Después irían la molienda y la etapa de panadería.

Fuente: BBC

Rafael Mingorance