«Nuestra investigación demuestra la increíble diversidad del maíz, incluso más allá de lo que ya se sabía que existía – señala Doreen Ware, del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Laboratorio de Cold Spring Harbor (CSHL) en Nueva York –. Esta diversidad es fascinante por derecho propio y, al mismo tiempo, tiene gran importancia para la agricultura”. El maíz es uno de los tres alimentos básicos del planeta, junto al arroz y el trigo que, en total, representan dos tercios del consumo mundial de alimentos.
Ware fue parte del equipo que en 2009 realizó la primera secuencia genética de los cerca de 30.000 genes del maíz. «Ahora tenemos una información mucho más detallada y un mapa más exacto de este cereal – asegura Ware – y quizás lo más interesantey valioso es que hemos descubierto la capacidad de esos 30.000 genes para generar tantas proteínas diferentes, dependiendo de las condiciones a las que cualquier individuo se enfrenta a la planta «.
Una forma de explicar la magnitud de esta diversidad, comenta Ware, es comparar un grupo de plantas de maíz seleccionadas al azar y un grupo de personas. El nuevo trabajo, publicado en Nature Communications, sugiere que cualquier planta de maíz tiene una diferencia de entre el 20% y el 30% de los genes que se expresan, respecto a la población total de la especie. En comparación, dos personas elegidas al azar, tienen casi los mismos genes que el resto de los humanos.
Del total de las 111.151 transcripciones de ARN de genes que se expresan en los seis tejidos de maíz analizados en la investigación, alrededor del 57% nunca se había visto y, por lo tanto, nunca habían sido secuenciados.
Una de las implicaciones de este hallazgo es que cuestiona los genomas de referencia basados en un solo espécimen, como ocurrió con el del maíz, en 2009.

Juan Scaliter