En los años 1970, la reserva más extensa de Tanzania, Selous Game Reserve, era el hogar de 110.000 elefantes. Pero la caza furtiva para hacerse con sus colmillos ha llevado a estos animales casi a la desaparición en la región. Solo en los cinco años entre 2009 y 2014, la población de paquidermos descendió un 60%. Hoy solo quedan 15.000 y, según afirma un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza, de continuar la caza a este ritmo, en seis años ya no habría más elefantes en la reserva.
Cada año unos 33.000 elefantes son asesinados por el mercado ilegal de marfil y la reserva de Selous, de 55.000 kilómetros cuadrados y patrimonio de la humanidad es unos de los sitios más afectados: aquí cada día los furtivos matan seis elefantes. A esto se le une que en la región hay actividades industriales como la explotación de petróleo y gas o minería que dañan el entorno.
En el estudio, el director del Fondo Mundial para la Naturaleza en Tanzania, Amani Ngusaru, afirma que “Selous depende de su gran población salvaje para continuar como un ecosistema único. El objetivo prioritario para protegerlo es reducir a cero la caza furtiva de elefantes”.

Juan Scaliter