Un reciente estudio, realizado por expertos del Imperial College de Londres, ha investigado cuál sería el modo más eficiente de quitar el plástico de los mares, sobre todo en la región del océano Pacífico. Allí, en una extensión mayor que la superficie de España, se acumulan toneladas de basura que tienen un impacto feroz en el ecosistema.
Este material no solo tarda miles de años en degradarse, sino que se va distribuyendo a lo largo de toda la cadena trófica en los mares. La mayoría de las soluciones buscan limpiar la mencionada isla de desechos, pero una investigación, publicada en Environmental Research Letters
sugiere que centrarse en esta región no es lo mejor.

Los autores del análisis, Erik van Sebille y Peter Sherman, han utilizado un modelo de los movimientos del plástico en los océanos para determinar los mejores lugares para situar colectores de plástico que eliminen la mayor cantidad de desperdicios. La simulación analizaba el impacto a lo largo de diez años y concluye que si las barreras y plataformas que se pretenden utilizar para limpiar y contener la suciedad, se ubicaran cerca de las costas, sobre todo alrededor de China y las islas de Indonesia, eliminaría el 31% de microplásticos. Con todos los colectores en el la isla de basura del Pacífico, sólo se eliminaría el 17 % se eliminaría.
«El Gran Parche de Basura del Pacífico – explica van Sebille – tiene una enorme masa de microplásticos, pero el mayor flujo es en realidad frente a las costas, donde entra en los océanos. Lo más lógico sería abordar el problema donde comienza, en la costa, alrededor de los centros económicos. De este modo se recoge la basura antes de que haya tenido la oportunidad de hacer daño”.
Llevar a cabo esta estrategia tendría también un notable impacto en las zonas donde el plástico se superpone con el fitoplancton (alimento básico de muchos ecosistemas oceánicos). Las medidas implementadas en la costa reducirían la superposición del fitoplancton y la basura un 46%, pero si se llevara mar adentro, solo disminuirá un 14%.
«Hay una gran cantidad de plástico en esta región del Pacífico – concluye Sherman –, pero es una zona muerta en comparación con la riqueza alrededor de las costas”. Un análisis reciente realizado por el Dr. van Sebille demostró que más del 90% de las aves marinas habían ingerido plásticos, y estas aves también se concentran alrededor de las costas, donde la comida es abundante.

Juan Scaliter