El lago de mayor biodiversidad del mundo está en Europa. En Macedonia, concretamente. Se llama Ohrid y, con una edad de más de un millón de años, es el más antiguo del continente. No es un dato ampliamente conocido porque sus 350 especies endémicas le dan este estatus cuando se tiene en cuenta su reducida área de 355 kilómetros cuadrados. Otros datos lagos tienen más especies, pero en mucho más espacio.El hábitat de algunas especies se limita a unos cuantos metros cuadrados.

Además, estos animales y plantas -algas, peces, esponjas y lombrices, fundamentalmente- viven en el sedimento, así que no se ven; a veces, lo que no se ve no existe. Por eso siempre son bienvenidas iniciativas ciudadanas como SOS Ohrid, que avisa del serio peligro del boom turístico que experimenta el enclave y llama a la conservación de sus hábitats.

El estudio de la biodiversidad del lago Ohrid es un campo bastante reciente. La explicación de por qué concentra tantas especies propias, por ejemplo, no se dio hasta el año pasado. Un equipo de científicos taladraron casi 600 metros bajo su suelo para analizar su evolución a lo largo de los años. Los resultados, publicados en la revista Scientific Drilling, sugieren que la combinación de longevidad y estabilidad es la responsable de la gran biodiversidad. La estabilidad es, precisamente, el aspecto más comprometido.

El alcalde de la ciudad de Ohrid, Nikola Bakraceski, desveló el año pasado un plan para desecar la laguna Studenchishta para construir apartamentos de lujo y una marina. El golpe podría ser definitivo para el ecosistema, puesto que se trata de un filtro natural a las aguas residuales y otros contaminantes antes de que lleguen al lago.

Las posibilidades que se abren después del anuncio son diversas. En cualquier caso, la mano del hombre volverá a ser determinante. ¿Seremos capaces de apreciar lo que no vemos, de asimilarlo como una parte fundamental del ecosistema que nos da la vida? Puede ser. El final de la historia está por escribir.

Redacción QUO