Si pensabas que el fenómeno de los ‘gatitos’ es de nuestra era estabas muy equivocado. Una nueva investigación que ha dejado boquiabiertos a los arqueólogos ha descubierto en los restos de un lince de 2000 años de antigüedad que los nativos americanos podrían haber intentado domesticar a este animal indomable.

Los restos del lince fueron descubiertos originalmente en la década de 1980 al norte de San Luis. Los arqueólogos identificaron entonces erróneamente los huesos como un cachorro de perro y, sin más miramiento, lo guardaron en el archivo del Museo de Illinois. Ahora, un nuevo análisis de un equipo de la Universidad de Durham (Reino Unido) ha identificado correctamente los restos como pertenecientes a un Lynx rufus. Los resultados de la investigación, publicados en Midcontinental Journal of Archaeology, explican que la delicada y pomposa forma en la que había sido enterrado (imitando el enterramiento de un ser humano) es “una evidencia muy convincente de la compleja relación que existía en la América prehistórica entre felinos y humanos, incluyendo una posible domesticación”.

Según explican “es el único entierro decorado de un felino salvaje que hay en el registro arqueológico”. Aunque los investigadores reconocen que haer una teoría con un solo espécimen no es fiable, no deja de ser un descubrimiento único y fascinante.

* Publicado en nuestra sección de papel Quonectados.

Fuente: news.sciencemag.org

Redacción QUO