Cuando la avispa Reclinervellus nielseni pica a la araña Cyclosa argenteoalba, esta cae bajo su completo control. El insecto alado se apodera de su sistema nervioso con el propósito de manipularla para que teja una telaraña más fuerte. Así lo afirma un estudio publicado en The Journal of Experimental Biology. Lo que sucede, paso a paso, es lo siguiente. Una hembra de avispa ataca a la araña y pone un huevo en su abdomen. Cuando el huevo eclosiona, la larva se alimenta de la hemolinfa (el equivalente de la sangre en los insectos). Pero la ponzoña en el aguijón de la avispa contiene sustancias que alteran la fabricación de la red, haciendo que sea mucho más resistente. Cuando la tarea se ha completado, la larva mata a su huésped y se enrolla en la red, que se transforma en un capullo colgante, hasta que 10 días después, completa su desarrollo.
Desde la perspectiva de la larva, esto tiene mucho sentido: una araña que se muda sólo necesita una red de reposo durante unos días, mientras que la larva utilizará el capullo a lo largo de 10 días, ya que se desarrolla en el interior. Así, al asegurarse de que la web alterado es más fuerte – jornadas, por eso debe ser más resistente. Es un modo de asegurarse su supervivencia.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=b9E26jqi5nE[/youtube]

Juan Scaliter