A priori, este hecho puede parecer poco importante, pero nada más lejos de la realidad. Un grupo de científicos quiso descubrir la diferencia entre una cola redonda y otra cuadrada e imprimió réplicas en 3D a tamaño natural.

Tras ser golpeadas con un martillo, descubrieron que las que tenían forma cuadrada eran más difícil de aplastar. Esto significa que la cola de un caballito de mar es más resistente a una mordedura de un predador, una gran cualidad dentro del mundo natural.

Además, esta forma permite agarrar objetos, como algas, con más facilidad y mover las articulaciones más suavemente, haciendo una torsión más sencilla que en las versiones redondas.

Esta particularidad ha sido muy bien recibida entre la comunidad científica. Los investigadores tienen la esperanza de avanzar en la robótica móvil gracias a una tecnología más fuerte y flexible.

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Redacción QUO