La próxima vez que vean una cucaracha escapando ante su presencia, no se vayan a pensar que el bicho lo hace por el temor a que puedan rociarle con una letal dosis de Cucal. Y consideren que, tal vez, esa pobre criatura que a nosostros nos resulta tan repugnante en realidad puede sufrir un complejo de timidez que le impide intimar más con los humanos.

Y es que una reciente investigación realizada por un equipo de etólogos de la Free University de Bruselas ha confirmado que las cucarachas, vistas individualmente, también tienen su propia personalidad. Los investigadores cogieron 304 ejemplares y le colocaron a cada uno un chip de identificación por radiofrecuencia en el tórax. De esta manera pudieron comprobar cómo algunas de ellas mostraban un comportamiento más intrépido y aventurero que el resto, atreviéndose a explorar nuevos espacios, mientras que las demás preferían quedarse en la comodidad y seguridad de los territorios ya conocidos.

El resultado demostró que, como ocurre con otras especies de insectos y mamíferos, las cucarachas también tenían su personalidad: unas eran más tímidas y otras más aventureras. Aunque, eso sí, al final la influencia del grupo pareció pesar más que las preferencias de cada ejemplar concreto ya que, por muy intrépido que fuera el bicho, pasado un tiempo, acababa regresando junto a sus compañeras.

Redacción QUO