Las caídas (totales o parciales) de árboles que en el último año se están produciendo en Madrid han creado un innegable estado de alarma. Para tratar de poner fin a esta peligrosa situación, el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidima), ha desarrollado un TAC que evalúa el estado de salud de cada ejemplar.

El sistema realiza una «radiografía arbórea» mediante impulsos electromagnéticos, o también con ultrasonidos, que son captados en un ordenador y transformados en una imagen de capas tridimensionales que refleja la estructura interior del tronco. El análisis de los datos obtenidos, permite medir el grado de elasticidad y fexlibilidad de la madera para conocer de antemano la resistencia a la ruptura del árbol ante la aplicación de una determinada fuerza.

El prototipo también facilita posibles medidas correctoras que minimicen el riesgo de accidentes causados por la caída de árboles o de sus ramas en la vía pública, especialmente en días de fuertes rachas de viento.

Los técnicos de Aidima subrayan que las especies más propensas a provocar este tipo de accidentes son aquellas que crecen más rápido y cuya madera, más blanda, sufre en mayor medida las inclemencias meteorológicas. Por eso, recomiendan no plantar en zonas urbanas especies como chopos, robinias u olmos.

Redacción QUO