No, es un mito. Según un artículo publicado en Actas de la Royal Society B, un equipo de investigadores rusos descubrió que los animales son más propensos a reconocer un papel por su color que por su brillo.

Como la mayoría de mamíferos, los perros solo tienen dos tipos de receptores de color (conos). A diferencia de los humanos, que tenemos tres. Cada uno de estos conos es sensible a una longitud de onda diferente (por ejemplo, color) de la luz. Mediante la detección de diferentes cantidades de cada longitud de onda y la combinación de ellos, nuestros tres conos pueden transmitir varias señales por todas las tonalidades de la rueda de color, de la misma manera los tres colores primarios se pueden mezclar en cantidades diferentes.

Los perros, al tener un cono menos, es cierto que algunos colores no los aprecian y otros los ven con menos intensidad.

*Publicado en Quonectados nº 222

Redacción QUO