Fulanito vivía en los mares cálidos, relativamente cerca de las costas, con Menganito, Zutanito y otros seis amigos. Todos ellos eran Tursiops truncatus, el más común de la familia de los delfines, famoso por su inteligencia y su naturaleza sociable. Pero ahora los miembros de su vaina (grupo) están desolados. A Fulanito se lo han llevado los humanos a un circo. Se pasan la noche silbando su nombre en la oscuridad…

Como ya sabíamos, los delfines mulares, más conocidos como ‘nariz de botella’, se comunican entre ellos y cooperan, por ejemplo, para acorralar a sus presas cuando salen a buscar comida. También estábamos enterados de que, al igual que los humanos, tienen un nombre propio que los identifica, un registro de voz determinado que los identifica como si fuera un DNI. Lo que nos ha sorprendido es averiguar que, además, se tutean.

Estos adorables odontocetos son capaces de silbar el nombre de sus seres queridos, por ejemplo cuando se ven obligados a separarse, afirma un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B. “Y esto respalda nuestra teoría de que los delfines imitan la firma de otro animal cuando quieren reunirse con él”, agrega el autor principal, Stephanie King, para la web de Discovery News.

King y sus colegas llevan recabando información acústica de los delfines de Sarasota Bay desde 1984, pero también han estudiado delfines en cautividad en el acuario de Florida. Todos tienen su apelativo.

“Un delfines emite su silbido característico para dar a conocer su identidad y anunciar su presencia, permitiendo al resto de animales reconocerle a gran distancia y unirse a él”, explica King. “El silbido de un delfín se puede detectar a más de 20 kilómetros de distancia, en función de la profundidad del agua y la frecuencia de silbido”.

Lo curioso es que, a diferencia de nosotros los humanos, Fulanito y sus amigos nunca utilizan el nombre de pila para insultar. Solo imitan el silbido identificativo de otro delfín cuando se trata de un ser querido. Jamás se ha visto a uno de ellos pronunciar el nombre de un enemigo o reclamar su presencia con actitud agresiva.

Está claro que el sistema de comunicación de los delfines les ayuda a trabajar en equipo. Confiemos en que ‘Snorky’ y compañía no decidan, como en Los Simpsons, vengarse de su mayor enemigo: el ser humano.

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Redacción QUO