La ubicación de un nuevo hormiguero resulta vital para una colonia de hormigas. Existen dos opciones para elegirla: que todas las exploradoras disponibles visiten cada una de las grietas y oquedades de la vecindad, o enviar a cada individuo a un par de de enclaves y “poner en común” los favoritos de cada uno. Pues bien, es esta segunda opción, que apuesta por la inteligencia colectiva, la que consigue dar con los nidos más adecuados y confortables.

A esta conclusión ha llegado un estudio llevado a cabo por Stephen Pratt y Takao Sasaki, de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) y publicado en Current Biology. Los investigadores han tomado como ejemplo a la especie Temnothorax rugatulus, muy habitual en los experimentos, porque se adapta muy bien a la vida en laboratorio.

Para comprobar los dos procesos de toma de decisiones, construyeron nidos artificiales y enviaron tanto a individuos aislados como a colonias enteras a inspeccionar dos nidos, por un lado, y ocho por otro. En ambos casos sólo la mitad de los hormigueros era apta para vivir en ellos. Una vez examinados, las hormigas individuales elegían el nido bueno en la opción con dos nidos, pero, si tenían que decidir entre ocho, solían escoger uno de los inadecuados. Sin embargo, las colonias siempre se decidían por una ubicación apropiada.

Los autores atribuyen esta diferencia a que cada hormiga sólo puede procesar una cierta cantidad de información, que se veía sobrepasada cuando visitaba ocho nidos, lo que le impedía decidir con eficiencia. “Vivir en un grupo tiene un elevado coste en muchos aspectos”, explica Pratt. “Al compartir la carga que supone la toma de decisiones, las colonias evitan los fallos que comete un animal por sí solo cuando asimila demasiada información. Lo magnífico de estas hormigas es que podemos ver exactamente cómo lo hacen: asegurándose de que ninguna hormiga recibe más información de la que puede procesar”.

De esta forma explican por qué en ocasiones un grupo es más inteligente que un individuo y cuales son las ventajas de dejarse guiar por esa inteligencia colectiva. Además consideran que su trabajo puede aportar claves sobre cómo manejar el exceso de información en nuestra propia sociedad.

Pilar Gil Villar