En el caso concreto del gallo, se cree que es simplemente un modo de comenzar el día reafirmando su autoridad en el gallinero. Al despertar, emite su sonido dominante y, si otro macho no canta, queda clara su hegemonía; si no, es un desafío que acabará en pelea. Pero continúa haciéndolo todo el día, no es algo propio del amanecer.

Hay algunas especies que también viven en grupo en las que este mismo razonamiento es válido. En otras que viven de modo individual, el canto es más bien un método de llamada al apareamiento, y se cree que la elección de las primeras horas del día tiene que ver con la mejor acústica.

La transmisión del sonido mejora con temperaturas bajas y grados de humedad altos, así que algunos investigadores creen que esa es la razón del espléndido espectáculo de la mañana. La intención es que las ondas lleguen lo más lejos posible; pero el canto de los pájaros suelen ser frecuencias agudas, precisamente las que el aire seco absorbe mejor.

Redacción QUO