Desde hoy y hasta el próximo 9 de diciembre, tiene lugar en Durban, Sudáfrica, la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En ella, negociadores de 195 países intentarán llegar a un acuerdo global para reducir las emisiones de CO2, elaborando una ‘continuación’ del protocolo de Kioto, el cual finaliza en diciembre de 2012.

Para decepción de muchos y consuelo de otros, lamentablemente este año no habrá ninguna clase de acuerdo. Y es que las conferencias sobre el Clima parecen haberse convertido en un rompecabezas que algunos países no tienen el más mínimo interés en resolver. Por su parte, los legisladores estadounidenses no aceptan la posibilidad de aceptar plazos legalmente exigibles en las emisiones. Los rusos y los japoneses parecen unirse a EEUU y dicen que si el país norteamericano no lo acepta, ellos tampoco, acción que también han imitado China e India, lo que deja sola a Alemania a favor de un acuerdo vinculante.

Según recoge NewScientist, «la mayoría del Senado de EE.UU. apenas cree en el cambio climático, y mucho menos hacer nada al respecto», muy a pesar de que los científicos que estudian el clima ya se han pronunciado de forma clara al respecto. Los representantes reunidos en la Cumbre, se excusan en que quieren esperar para tomar medidas a que pase la crisis económica mundial que nos azota, pero los científicos aseguran que esa recesión puede ser peligrosa. El pasado año se registró el mayor incremento anual en las emisiones de dióxido de carbono de la Historia, y precisamente debido a países como China e India, que aún siguen quemando carbón en grandes cantidades a pesar de que ya se sabe que es el combustible más sucio. Incluso Alemania se está planteando usar más carbón al haber cerrado sus plantas nucleares después de lo ocurrido en Fukushima.

Pero mientras ellos discuten en la Cumbre, el CO2 sigue acumulándose en la atmósfera. Según los pronósticos, en el año 2016 es posible que las concentraciones sean de 400 partes por millón, en comparación con las 353 ppm existentes en 1992, fecha en la que se celebró la Conferencia del Clima en Río de Janeiro. El calentamiento es otro problema. Según auguran, la temperatura media global podría subir a finales de siglo de 3 a 3.5 grados. En España incluso 10.

El problema es que parece que el único plan B, sea contar con la buena voluntad de los países miembros para manejar este problema de emisiones. Por su parte la Unión Europea legislará para intentar reducir las emisiones un 20% con respecto a los niveles de 1990 para el año 2020. México, China y Brasil, aseguran que limitarán la cantidad de CO2 que emiten por unidad de PIB. Pero lo más probable según los expertos, es que a pesar de estas ‘buenas intenciones’ las emisiones sigan aumentando.

El protocolo de Kioto termina en 2012 y es el único tratado existente para controlar las emisiones. Si no se establece un límite legal, y no hay permisos de emisiones jurídicamente vinculantes, es muy probable que este ‘sistema voluntario’ pueda ser propenso al colapso.

Redacción QUO