Casi todos los murciélagos utilizan la ecolocalización para buscar su comida. Para ello necesitan sus cuerdas vocales y un agudo sentido del oído. Pero, ¿y si fuera mudo o sordo?

De acuerdo con Marianne Vater, zoóloga de la Universidad de Potsdam, hay un 30% que no depende de este sentido. “Una opción es que un murciélago mudo –explica Vater– se muera de hambre. Pero lo más probable es que cambie su dieta. Los megaquirópteros, también conocidos como zorros voladores, se alimentan de fruta y no precisan de la ecolocalización. Otros tienen una vista igual o mejor que la humana. De hecho, hay especies que son capaces de detectar la luz ultravioleta”.

Redacción QUO