El concepto de «oler bien» parece que difiere mucho entre los seres humanos y los perros. Quizás tu creas que los champús o jabones que usas para lavar a tu fiel amigo le hacen sentir bien pero, ¿cuántos de vosotros habéis visto cómo una vez limpio corre a revolcarse sobre la hierba, el barro o cualquier elemento que encuentre en el camino, como pueden ser sus propias heces, las de un compañero del parque o incluso algún animal muerto? ¿Hemos hecho algo mal? ¿Por qué se comporta así?

Según apunta la web especializada Pedigree.com, podría tratarse de algo instintivo e innato que les hace comportarse como lo hacían sus ancestros salvajes, que enmascaraban su aroma para lograr escabullirse de sus presas. Por ejemplo, diversos estudios han observado cómo los lobos llegan a revolcarse sobre excrementos o restos de animales muertos para cubrir su propio olor cuando salen de cacería. Pero existe otra teoría y tiene que ver con la territoriedad, y es que podría tratarse de una forma de «decir» a sus compañeros que han pasado por allí y transmitir al resto de la manada que han estado «de aventura» por algún lugar en concreto.

En agosto, ya tratamos una cuestión parecida que tenía que ver con la razón por la cual los perros tratan de orinar cuanto más alto mejor cuando se apoyan en una pared, farola o árbol. En este caso, por ejemplo, tenía que ver con engañar a otros sobre su tamaño.

Chanty Loch / EyeEmGetty Images

¿Qué puedo hacer ante esta situación?

Debes tener en cuenta que se trata de un comportamiento natural de tu perro, por ello, no tendría por qué ser algo que tuvieras que castigar. Pero no por esta razón, tienes que verte obligado a vivir con ese mal olor en tu casa, así que hay maneras de desalentar ese comportamiento. Si tiende a revolcarse sobre sus propias heces, lo importante es adelantarse lo más rápido posible a limpiarlas del suelo para que no lo haga. Igual que si se acerca a las de otros, es bueno tenerle sujeto con correa corta para que puedas corregir sus investigaciones sobre elementos malolientes.

Desde la página web Pedrigree.com también apuntan a otros elementos correctivos o educativos «como hacer un ruido fuerte y repentino» cuando se comporta de esta manera. «La clave está en ser coherente y comenzar con ese ‘fastidio’ tan pronto como comience a revolcarse sobre algo maloloente. Cuando asocie esta acción con una experiencia desagradable, entonces detendrán su comportamiento rápidamente».

Alberto Pascual García