Los equipos que tratan de extinguir los incendios que están asolando el estado de California, se enfrentan ahora a la posibilidad de que el fuego tenga un aliado inesperado, los llamados “vientos del diablo”, que ya han comenzado a soplar y que pueden avivar la intensidad de las llamas.

El nombre de vientos del diablo se usó por primera vez para referirse a las ráfagas de aire que provocaron la Tormenta de Fuego de Oakland en 1991, y que se saldó con la muerte de veinticinco personas.

En realidad se trata de los vientos muy cálidos y secos que suelen soplar en la Bahía de San Francisco, en primavera y otoño. Y debe su terrible nombre a que avanzan desde el llamado Valle del Diablo.

Sus ráfagas alcanzan los 64 kilómetros por hora (y aún más). Y esa velocidad crea un efecto de bomba que atrae aún más aire cálido de la superficie. Esto lo hace especialmente peligroso cuando hay un incendio forestal, ya que contribuye a aviarlo.

Como ya hemos dicho sopla tanto en primavera como en otoño. Pero es este último el que resulta más peligroso, ya que es en esta época cuando la vegetación está más seca y hay más peligro de incendio.

Vicente Fernández López