La mosca tse-tse es un insecto africano que transmite el Trypanosoma brucei, patógeno que causa la enfermedad del sueño en humanos y animales. Un trastorno que si no e trata puede resultar fatal, y que cada año causa la muerte de miles de cabezas de ganado.

Pero, ahora, un estudio realizado por la escuela de Medicina Tropical de Liverpool, y basado en los datos obtenidos durante 27 años en un parque de Zimbabwe, revelan que el aumento de las temperaturas en esa zona del continente africano está provocando una disminución en la población de moscas tse-tse.

Este insecto no puede regular su temperatura corporal y eso la hace muy sensible a los cambios climáticos. Sus pupas no pueden sobrevivir a menos de 18º C, pero tampoco a más de 32.

En principio, esto podría parecer una buena noticia. Pero los investigadores advierten que el aumento de las temperaturas también puede provocar que las zonas más frescas el continente africano, en las que esta mosca estaba ausente, se conviertan ahora en el nuevo hábitat de este insecto.

Fuente: Science Daily.

Vicente Fernández López