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Muchas de las razas de perro más populares en las ciudades son las llamadas «toy» son perros pequeños o diminutos, como los chihuahuas, carlinos, bulldog francés… Todas ellas se crían y seleccionan por los profesionales de la cría según unos criterios de estandarización, se busca ante todo una correcta fisonomía y unos rasgos faciales que tienden a la redondez y similitud con un bebe humano: grandes ojos, nariz chata, caras redondas…

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Pero, ¿son conscientes los criadores de que están favoreciendo cada vez más estas facciones? ¿O simplemente de manera inconsciente buscan estos atributos en sus cruces de cría porque saben que venderán mejor sus cachorros? Quizá están destinados a un publico al que sin duda le gustan de manera instintiva los citados aspectos.

Esto puede ser una moneda de doble cara, pues los perros por mucho que los queramos no pueden ser criados como niños consentidos, algo, por desgracia, muy habitual en estas razas. Y conlleva unos comportamientos nada perrunos y muchas veces desagradables, por no decir que degeneran en patologías psicológicas caninas difíciles de corregir.

Por lo demás, tratandoles correctamente son adorables y muy convenientes como compañeros por lo mucho que disfrutaremos y la relación afectiva que surge por ambas partes.
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Redacción QUO