El insecto atrapado en ámbar es un antepasado extinto de las actuales hormigas y quedó atrapado en ámbar hace 99 millones de años mientras devoraba a una cría también extinta de cucaracha

El ámbar es una resina fosilizada que proviene de algunos árboles como las coníferas y angioespermas. Al tener una textura pegajosa, los insectos que entran en contacto con la resina no pueden huir y quedan cubiertos por completo. Incluso las partes más delicadas de su anatomía se conservan de manera perfecta.

El ámbar nos ha permitido conocer, por ejemplo, cuál era el color de los insectos hace millones de años, y no sólo es útil para conocer la antigua vida terrestre, sino que también ha conseguido preservar a criaturas marinas.

El último descubrimiento de este tipo es una hormiga de hace 99 millones de años, llamada «hormiga del infierno», que murió atrapada mientras mordía a una cría de cucaracha, también extinta. El ámbar con los restos fosilizados se encontró en Myanmar.

«Las hormigas del infierno son una de las primeras ramas del árbol de la vida de las hormigas y su linaje surgió antes que el ancestro común más reciente de todas las especies vivientes», dice Phillip Barden, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey.

Una de las extrañas características de esta nueva especie de hormiga es que, a diferencia de las actuales, tenía mandíbulas verticales similares a una guadaña y no pinzas horizontales. También clavaba a sus presas en un cuerno que les salía de la cabeza. Estos rasgos, que hacían que sus ataques fueran más letales, no se han vuelto a dar desde entonces en este insecto, algo que los científicos no saben explicar.

Las «hormigas del infierno» pertenecen a una de las primeras ramas evolutivas de las hormigas

«Aunque hay miles de especies de hormigas depredadoras, ninguna hormiga viva captura a sus presas de esta manera. Es decir, ninguna hormiga moderna posee cuernos de ningún tipo o mandíbulas especializadas de esta manera en particular», señala Barden.

En el estudio los científicos compararon la morfología de la hormiga fosilizada en ámbar con las hormigas actuales. Sus análisis confirmaron que las «hormigas del infierno» pertenecen a una de las primeras ramas evolutivas de las hormigas.

Los investigadores sospechan que estos rasgos depredadores de las «hormigas del infierno» desaparecieron durante los eventos de cambios ecológicos del Cretácico hace 65 millones de años y por eso no se han vuelto a dar en la actualidad. Desde el momento en el que se descubrió esta especie de hormiga, hace 100 años, los científicos la veían como misteriosa debido a las grandes diferencias con respecto a las hormigas actuales. El descubrimiento del fósil ha permitido conocer el mecanismo de caza y el camino evolutivo que les llevó a él.

REFERENCIAS

Specialized Predation Drives Aberrant Morphological Integration and Diversity in the Earliest Ants

Abeja con polen y parásitos atrapada en ámbar de hace 100 millones de años