En desarrollo un anticonceptivo masculino no invasivo basado en nanomateriales magnéticos 

Investigadores de la Universidad de Nantong (China) trabajan en el desafío de lograr un anticonceptivo masculino no invasivo.  En una nueva investigación publicada en la revista Nano Letters, Ding et al. describen un novedoso método de anticoncepción masculina que consiste en la inyección de nanomateriales magnéticos, que llegan hasta el escroto conducidos por imanes. Una vez en los testículos, las nanopartículas los calientan hasta detener la producción de espermatozoides temporalmente.

En los experimentos realizados en animales la hipertermia inducida fue suficiente para detener temporalmente la producción de esperma, e incluso encoger los testículos durante 30 a 60 días, antes de volver a la normalidad. De momento, la investigación sólo se ha realizado en ratones.

Aunque suena bastante aterrador, la hipertermia leve inducida parece ser prometedora. Incluso pequeños aumentos de temperatura pueden reducir el número de espermatozoides en los hombres, y los investigadores esperan aprovechar este efecto para detener la espermatogénesis (la producción de esperma). Por lo tanto, los imanes calientan suavemente la zona hasta una temperatura alta (pero aún moderada) de 58 °C

Sin embargo, encontrar una nanopartícula que sea magnética, inyectable y no tóxica no es tarea fácil. Los investigadores se basaron en estudios existentes que han utilizado nanopartículas de óxido de hierro, que son degradables en el cuerpo y pueden ser guiadas por campos magnéticos hasta su objetivo. Tras probar algunas variantes, descubrieron que las nanopartículas recubiertas de ácido cítrico eran las mejores para el trabajo.

El tratamiento duró 15 minutos y consistió en aplicar un campo magnético alterno a los testículos de cinco ratones para calentarlos a la temperatura necesaria. Después, los ratones fueron enjaulados con ratones hembra para inducir el embarazo antes de ser sacrificados en diferentes puntos de tiempo (siete, 30 y 60 días) para realizar el análisis.

Tras el tratamiento, los ratones no pudieron engendrar ninguna cría durante siete días. A medida que pasaba el tiempo, los ratones volvían poco a poco a sus niveles normales de fertilidad, y a los 60 días engendraban unas 12 crías por embarazo.

Por supuesto, el estudio debe analizarse con cuidado: los resultados son en ratones, y nunca se sabe con certeza qué se trasladará a los humanos. Además, es prácticamente imposible estimar con exactitud el dolor que sufrían los ratones, y esto ha limitado los anticonceptivos masculinos en el pasado. Sin embargo, no cabe duda de que se trata de una línea de investigación interesante, ya que se necesitan desesperadamente anticonceptivos masculinos no invasivos.

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