Las ecuaciones de Newton han permitido poner satélites en la órbita terrestre; las de Einstein, contar el tiempo con la suficiente precisión como para que esos satélites tengan GPS; y la investigación de los fabricantes de automóviles, que todo ello se gestione con agilidad a bordo de un coche. Los vehículos, las máquinas con más tecnología de todas las que utilizamos en la actualidad, ya te hablan y te comprenden. Con solo presionar un pulsador en el volante, te ponen en contacto con el asistente virtual de Amazon Alexa, que pretende hacer más fácil la vida cotidiana. Ya es posible en algunos modelos de SEAT, los primeros en Europa que han incorporado esta tecnología. El Ateca, León, Ibiza, Arona y el gran SUV que lanzarán en 2018 son los primeros coches que lo ofrecerán. Serán capaces de poner tu música favorita, decirte cuáles son las últimas noticias, controlar tu casa inteligente, encargarse de la gestión de tu agenda o localizar los puntos que pueden ser de tu interés. Creado por Amazon, Alexa no es el único aliado que encuentran SEAT en coches en sectores ajenos al suyo.

Al detalle. Todas las piezas son verificadas en el Centro Técnico de SEAT para evitar que tengan  errores imperceptibles al ojo humano.

Los avances en realidad virtual desarrollados por la industria aeroespacial permiten también al fabricante español crear entornos ficticios y explorar otros mundos en los que evaluar nuevas soluciones antes de implantarlas en fábrica. La tecnología procede de la NASA, donde las simulaciones basadas en la física se emplean para planificar el viaje a Marte igual que se hace en el Centro de Diseño de SEAT en Martorell para poner a punto nuevos modelos. Sobre la maqueta de un coche realizada con más de 5.000 kilogramos de arcilla, los especialistas, provistos de gafas 3D y un sofisticado software, colocan y quitan piezas virtuales y van valorando las soluciones que mejor pueden funcionar a la hora de ponerse el volante.  

Piezas de quita y pon

La realidad virtual permite reducir las horas de trabajo previo hasta en un 30 por ciento, las listas infinitas de piezas, los larguísimos meses de desarrollo y, lo que es mejor, poder realizar cambios en automóviles que solo existen de forma virtual en los ordenadores.

Prototipos. Tecnologías de la NASA han permitido reducir el tiempo de desarrollo de los prototipos de SEAT en casi un 30 por ciento.

Una vez desarrollado el prototipo en el Centro de Diseño, la tarea queda en manos de cerca de 2.000 robots que montan las más de 3.000 partes que componen un automóvil. Los ingenieros de SEAT someten los modelos a duras pruebas de conducción a lo largo de dos millones de kilómetros en condiciones climáticas extremas. Las piezas de los vehículos se prueban a temperaturas que oscilan entre los 40 grados bajo cero y los 110 grados con el fin de comprobar que no se deterioran ni con el frío ni con el calor. También se exponen a tests de salinidad y humedad para asegurar que la carrocería no se degrada en las zonas costeras. ¿Y el sol extremo? ¿Cómo evitar que afecte a la intensidad de los colores? La prueba del Xenotest de SEAT es la respuesta. Se trata de una instalación en la que se simula la luz solar y sus efectos. Las piezas permanecen en esta cámara durante 120 días con el fin de garantizar que incluso en las áreas de sol implacable se mantengan las tonalidades. El esfuerzo no es exagerado, más teniendo en cuenta que en una planta como la de Martorell, donde se fabrican 400.000 coches cada año, se emplean 6.4 millones de litros de pintura anualmente, la misma cantidad que se necesitaría para cambiar de color la Torre Eiffel un centenar de veces.

¿Cuánto tiempo pasas en tu coche?

La inteligencia artificial es ya una gran aliada del sector del automóvil. Para hacer más cómodos los 2,5 años de media que pasamos en nuestro automóvil a lo largo de nuestra vida, los ingenieros están consolidando avances que permitirán predecir los embotellamientos y proponer rutas alternativas. También hacer propuestas de paradas y demás atendiendo a lo que el vehículo haya aprendido del comportamiento y las necesidades de su conductor. Los sistemas cruzarán datos de tráfico en tiempo real con otros sobre las horas de salida de los colegios, o las previsiones meteorológicas para anticiparse a los problemas que puedan surgir en la carretera.

Cada una de las 3.000 piezas de un SEAT se somete a temperaturas de entre -40 y 110 ºC para comprobar su fiabilidad

Y, junto a ello, la investigación al servicio de la seguridad. Son los estudios de los accidentes y sus consecuencias los que han desembocado en la adopción de algunas medidas muy útiles, por nimias que parezcan. Así, por ejemplo, bajo el salpicadero se extiende una capa de mullida espuma con diferentes densidades para absorber la energía de un golpe y hacerlo más agradable al tacto. Y como esta, una serie de soluciones realizadas con cálculos ultraprecisos que, en general, consiguen disminuir hasta en un 20 por ciento las probabilidades de que a bordo de un SEAT se produzca una lesión seria en caso de siniestro. Pero las simulaciones no lo muestran todo. Lo mismo que los seres humanos podemos tener enfermedades no detectadas, los automóviles esconden pequeñas imperfecciones, problemas que pasan desapercibidos para el mejor ojo clínico. En el caso de la ciencia médica, las pruebas de imagen, escáneres, radiografías y tests salvan vidas a diario mediante la detección de tumores, problemas vasculares, esqueléticos, etc.

Instrumental hospitalario

La misma tecnología que se emplea en los hospitales permite también reducir los índices de mortalidad en carretera. Más de un millón de tacs se hacen en el laboratorio de ensayos de SEAT, así como cientos de pruebas de rayos X que evitan, mediante el análisis con visión 3D, posibles defectos en cada pieza. Un poro de menos de 0,5 milímetros en una llanta podría generar abolladuras al chocar contra un bordillo… o algo mucho peor. Todo el esfuerzo para reforzar la seguridad, la comodidad y la personalidad de cada coche es poco. Cada detalle se cuida, se mima con precisión de artesano. Los encargados de tapicerías de SEAT explican que en el interior de cada vehículo hay 30 metros de costuras y que sus diseños textiles empiezan a pensarse con dos años de antelación. El objetivo es crear un entorno ideal para el conductor y sus acompañantes. Para ello, los probadores y sus equipos realizan más de 20.000 maniobras por cada tipo de asiento. El estudio es exhaustivo y persigue encontrar la espuma de relleno adecuada, el tejido más atractivo, la estructura y los anclajes más ergonómicos para que el asiento se pueda inclinar entre 15 y 25º y formar con el muslo y la cadera un arco de 110 a 120º. Solo así puede evitarse que se desarrollen patologías lumbares y se consigue el máximo disfrute conduciendo.  

Ergonomía

Los asientos no solo se diseñan para favorecer la comodidad, sino también para evitar graves lesiones en caso de accidente.

Silencio

Un buen ajuste de las piezas evita que se produzcan ruidos indeseados, incluso cuando se circula sobre firme irregular.

Entornos ficticios

La realidad virtual permite, con la ayuda de gafas 3D, probar soluciones antes de que se implanten en la producción en serie. Se logra así reducir los tiempos y el coste del desarrollo.

De luxe

Hasta 400 fragancias se examinan en el Centro Técnico de SEAT para elegir la que mejor se adecua a la personalidad e cada coche.

Súper resistencia

A través del microscopio se puede observar el recubrimiento de fosfatado que hace SEAT sobre las piezas de acero, y que evita que se corroan.

Antigolpes

El tablero tiene una superficie que amortigua los golpes.

Texturas resistentes

Las texturas de los materiales se analizan en el Centro Técnico de Martorell para asegurar su resistencia y fiabilidad.