La superficie de Marte es una fuente inagotable de hallazgos para los fanáticos del misterio. Y un buen ejemplo de ello es esta foto de la NASA, dónde algunos han creído identificar la cabeza de una mujer guerrera tallada en piedra, de un modo similar al de algunas estatuas del antiguo Egipto. Y, tras este hallazgo, afirman que es una prueba de que alguna vez existió una civilización marciana en el Planeta Rojo.

Pero, una vez más, la realidad es mucho más sencilla y nos encontramos ante un nuevo caso de pareidolia, un curioso fenómeno óptico que hace que algunas formas borrosas nos recuerden a cosas que nos resultan familiares. Y ese fenómenos se produce con frecuencia en la superficie de Marte. Prácticamente no pasa un mes sin que alguien asegure haber visto allí algo extraño. Desde pirámides a sirenas.

En esta galería os mostramos algunos de los casos más sorprendentes.

Fuente: ScienceAlert.

Cabeza de mujer guerrera

Concha marina

Esta curiosa foto fue tomada en el cráter Gusav. Los cazadores de misterio aseguran que podría ser la prueba de que en Marte hubo alguna vez un océano que albergó vida.

El extraterrestre escondido

Para muchos seguidores del movimiento UFO en esta fotografía divulgada por la NASA se ve un extraterrestre escondido tras una roca.

Es cierto que todos tenemos muchas ganas de ver uno, pero lo cierto es que una vez más el efecto se debe a la pareidolia

Mujer marciana

Para algunos lo que se ven en esta foto se asemeja a la figura de una mujer, en la que incluso distinguen sus senos y algunas otras características antropomórficas. Para los más escépticos se trata de un nuevo ejemplo de pareidolia, un fenómeno que nos hace ver figuras familiares donde no las hay. La NASA, por su parte, no se ha pronunciado al respecto. Lo normal, dado que imágenes como ésta aparecen con relativa frecuencia.

La esfinge

El 31 de julio de 1976, la Misión Viking dió a cooocer una serie de fotos de Marte entre las que destacaba una en concreto, en la que se podía observar una gran formación rocosa con cierta semejanza a un rostro humano. Durante años se ha especulado sobre si aquello era realmente una esfinge creada por una antigua civilización marciana, o si era fruto de la casualidad. Los científicos siempre lo tuvieron claro. Pero, la confirmación para los más crédulos se produjo en 1998, cuando unas nuevas fotos tomadas por la misión Mars Global Surveyor, mucho más claras que las anteriores, mostraron que en aquellas rocas no había nada que recordara a un rostro humano, y que todo había sido una ilusión óptica creada por el juego de luces y sombras.

Pirámide

Y si había esfinges, era inevitable que hubiera pirámides. Tardaron en aparecer, pero a principios de este año, unas fotos tomadas por la Curiosity mostraron otra formación rocosa que se asemejaba muchísimo a las construcciones del antiguo Egipto. Para la NASA tan solo se trata de rocas de orígen volcánico, con una forma tan caprichosa como aleatoria.

Calavera

Esta es mi favorita de todas. Fue tomada por la Curiosity a finales de 2014. En ella se ve una roca erosionada que se asemeja a una calavera humanoide. Su forma es tan aberrante, que se dice de ella que es el cráneo de un alien. Nuevamente, las ilusiones ópticas juegan malas pasadas.

El bigfoot

Al bigfoot llevaban décadas buscándolo por los bosques de Estados Unidos, sin que nadie lograra dar con una prueba de su existencia. Lógico, porque ahora sabemos que el bicho «vivía» en Marte. En 2008, una foto del Planeta Rojo mostró esta forma rocosa que se asemejaba mucho a la figura humanoide que se ve en una de las supuestas fotos del bigfoot. Aunque también hubo quien dijo que lo que se veía en esta imagen marciana era una figura femenina similar a la de las legendarias sirenas. Como ven, hay opiniones para todos los gustos.

El ratón

En los años 60 Richard Lester hizo una película que se titulaba Un ratón en la Luna. pero dodne realmente estaba el bicho era en Marte.

En esta reciente foto tomada por la Curiosity, hay quien cree distinguir el cuerpo de un ratón. De ser así, eso demostraría que en Marte no hay gatos que puedan decir: «Marditosh roedoresh».