Desde que partiera el primer módulo habitable en el año 2000, los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS) han aprovechado sus condiciones de falta de gravedad para realizar experimentos en los más diversos campos. Algunos resultados han ido a engrosar los conocimientos de la ciencia básica, pero otros se han transformado en aplicaciones útiles instaladas ya en nuestra vida diaria y que han llegado incluso a salvar vidas. Esa senda de la investigación ha ampliado ahora su horizonte, ya que a principios de año la Administración Obama garantizó que la estación seguirá en órbita una década más. Entre los próximos planes figuran el estudio de roedores y el impulso a las empresas espaciales privadas, que hasta ahora solo han llevado mercancías a la estación y quieren probarse para emprender otras misiones espaciales a destinos más lejanos.

Cifras:

174 paseos espaciales

Colaboración de 16 naciones

57.361 órbitas a la tierra en su décimo cumpleaños

420 toneladas de peso

69 países han investigado y divulgado allí

400 km de altitud

Aniversario de altura

Su construcción comenzó en 1998 y finalizó en 2011. Incluso en esa época de obras, la ISS ya nos proporcionó tecnología y conocimientos.

Entrenar los huesos

Se ha comprobado que esta máquina, con la que se ejercitan los astronautas para contrarrestar el efecto de la falta de gravedad en sus huesos y músculos, también beneficia a quienes están perdiendo masa ósea en la Tierra.

El auténtico R2

Robonaut R2 es el primer robot en el espacio capaz de usar las manos como un astronauta. El objetivo es investigar en qué misiones puede ayudar o sustituir a los humanos, y de paso, cuáles de sus avances servirán a distintos sectores industriales.

Lanzando enanos

Los minisatélites suponen un ahorro de medios, pero resulta costoso enviarlos al espacio. En la ISS se ha instalado una plataforma de lanzamiento en la que se puede probar la opción de ponerlos en órbita desde las propias naves.

El golpe perfecto

La investigación sobre metales capaces de volver a su forma original tras verse sometidos a condiciones adversas iba dirigida a la aeronáutica. Pero sus conclusiones han aterrizado en raquetas, palos de golf y gafas resistentes al impacto.

Prevenir catástrofes

Una cámara de alta resolución, llamada ISERV, observa la Tierra desde 2012 en busca de zonas afectadas por desastres. Las imágenes que toma ayudan a las organizaciones de salvamento y socorro a realizar mejor su labor.

Agüita clara

El sistema de reciclado de líquidos para proveer de agua a los astronautas de la estación se ha adaptado a las condiciones terrestres. En esta escuela de Chiapas (México) y otras zonas remotas sirve para limpiar de contaminantes el suministro básico.

Vacunas y medicinas

Algunos de los huéspedes espaciales son bacterias (como esta de la salmonela) y virus que causan graves enfermedades. Allí se estudian sus genes para desarrollar vacunas y medicinas contra las enfermedades que provocan.

Operar el cerebro

La canadiense Paige Nickason se libró de un tumor gracias al Neuroarm, el primer brazo robótico del mundo utilizable en un aparato de resonancia (RMI). Su tecnología parte de robots que construyeron el módulo de Canadá.

Fuego sin llamas

Una gota de combustible que sigue ardiendo cuando la llama ya se ha extinguido. Es uno de los resultados sobre el comportamiento del fuego en microgravedad, que puede llevar a motores mucho más eficientes para nuestros coches.

Y en el futuro

Entre los muchos proyectos ya previstos se encuentra el de crear dentro de la ISS el punto más frío del universo conocido, con el propósito de estudiar formas cuánticas de la materia. Para ello necesitarán el Cold Atom Lab, que se lanzará en 2016.