Existe la leyenda de que el sacerdote dijo a sus feligreses: “Si lo que he predicado es verdad, mi cuerpo nunca se corromperá”. Murió en 1629. Tenía 70 años. Pertenecía a la clase alta local. Fue enterrado en la iglesia de Keminmaa, localizada en Laponia. Su cuerpo quedó momificado gracias a la baja temperatura y a las corrientes de aire que ventilaban permanentemente la cripta. Su cuerpo ha permanecido a la vista de los feligreses desde hace más de un siglo.
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