Varios proyectos alemanes se preparan para hacerle frente a gigantes como SpaceX o Virgin Galactics en el mercado de la exploración espacial 

Las complicaciones de viajar más allá de nuestro planeta han hecho que durante décadas la exploración espacial estuviese fuera del alcance para la mayoría de los países, que simplemente no tenían los astronómicos presupuestos que requiere enviar cosas al espacio.

Aunque hay más de 60 países con una agenda espacial, apenas 10 han conseguido lanzar por sí solos cohetes fuera de la Tierra. Sin embargo, los avances tecnológicos han abaratado los costes, y parece que está llegando el momento en el que el espacio y sus actividades derivadas, como el turismo espacial, empiezan a ser más asequibles.

Las empresas estadounidenses como SpaceX y Virgin Galactics, lideran el mercado espacial y los vuelos suborbitales, pero otras empresas en el mundo no están dispuestas a perder esta oportunidad. Alemania acaba de demostrar que será uno de los competidores fuertes en esta carrera.

En la actualidad hay tres proyectos alemanes que pretenden competir en la exploración más allá de nuestro planeta. El objetivo es hacer decenas de lanzamientos de satélites, creando una red que proporcione acceso a Internet y apoyo para los vehículos inteligentes.

Tres compañías alemanas que apuntan hacia las estrellas

La compañía Rocket Factory Augsburg llevo a cabo la semana pasada pruebas exitosas de satélites en las que utiliza un sistema de combustión escalonada. Este método les permitiría llevar un 30 por ciento más de carga útil en las naves. Una técnica que hasta ahora solo habían llevado a cabo compañías americanas de multimillonarios, como SpaceX (Elon Musk) y Blue Orgin (Jeff Bezos).

La empresa HyImpulse con sede en el estado de Baden-Wuerttemberg es otra de las compañías alemanas que ha despertado el interés por todos los expertos en la exploración espacial. Recientemente ha llevado a cabo su primera prueba de motor con un combustible basado en cera, para maximizar la eficacia del combustible.

La compañía alemana que más interés ha despertado aún no ha llevado a cabo pruebas importantes, pero es la mejor financiada de todas. Isar Aeroespace es una empresa apoyada por marcas multimillonarias, entre ellas el banco suizo Lombard Odier. Con más de 150 millones de euros como fondos, esperan poder realizar su primer lanzamiento, el cohete “Spectrum”, para 2022.

Estas empresas no aspiran a enviar grandes cohetes como la NASA o la ESA. Su objetivo es hacer numerosos minilanzamientos de manera regular. Mientras un cohete normal se encargaría de enviar grandes cantidades de provisiones y varias personas, estos minicohetes harían las veces de taxis espaciales. El mercado del pequeño trasporte espacial tiene una estimación de crecimiento de más de 30.000 millones de euros para 2027.

“Queremos crear un momento como el de Henry Ford” dice Joern Spurman, director de Rocket Factory Augsburg. Antes de que todas estas compañías se embarquen hacia el espacio, ahora es momento de crear una nueva ley espacial, así nos aseguraremos no de conquistar las estrellas, sino de convivir entre ellas.