La Vía Láctea resulta invisible para más de dos mil millones de personas, debido al reflejo de las luces de nuestras poblaciones, especialmente en las grandes ciudades. Por eso,
los miembros de la Unión Astronómica Internacional solicitaron en la clausura de su Conferencia Internacional, celebrada en Río de Janeiro (Brasil), que empecemos a tomarnos en serio las medidas para paliar la contaminación lumínica.
Los astrónomos consideran que la posibilidad de contemplar los astros que nos rodean es un derecho sociocultural del ser humano. Sin embargo, un habitante de Río de Janeiro sólo puede detectar a simple vista unas 150 de las 5.000 estrellas que descubriría si estuviera rodeado de una oscuridad total. Para proteger ese espectáculo, los investigadores del firmamento proponen medidas como crear farolas que desvíen el reflejo hacia abajo o utilizar luces menos brillantes. Sólo así podremos mantener el magnífico espectáculo de un cielo nocturno.

Pilar Gil Villar