Ese es el viaje que han realizado algunas de las piedrecitas que los astronautas de las misiones Apolo se trajeron como recuerdo de su visita a nuestro satélite. Gracias a un permiso especial de la NASA, el también astronauta Scott Parazynski las ha sacado a pasear. Nada menos que en su expedición hasta la cima del monte Everest, que coronó el pasado 20 de mayo llevando las “joyas” en la mano.

Pilar Gil Villar