Cuando el Universo tenía aproximadamente 380.000 años, se formaron los primeros átomos. Estos fueron átomos de hidrógeno, el elemento más simple en la tabla periódica. Estos átomos se acumularon en las nubes y comenzaron a enfriarse gradualmente y se asentaron en los pequeños grupos o «halos» de materia oscura que surgieron del Big Bang.

Esta fase de enfriamiento, conocida como Edad oscura del cosmos, duró aproximadamente 100 millones de años. Eventualmente, el gas que se había enfriado dentro de los halos se volvió inestable y comenzó a formar estrellas, estos objetos son las primeras galaxias que se formaron.

Con la formación de las primeras galaxias, el Universo estalló en luz, llevando a la era oscura cósmica a su fin.

Ahora, un equipo de astrónomos, liderados por Carlos Frenk, ha encontrado evidencia de que las galaxias satélite más débiles que orbitan nuestra propia Vía Láctea se encuentran entre las primeras que se formaron en el Universo.

Los resultados, publicados en Astrophysical Journal, sugieren que las galaxias Segue-1, Bootes I, Tucana II y Ursa Major I son, de hecho, algunas de las primeras galaxias formadas: se cree que tienen más de 13 mil millones de años.

“Encontrar algunas de las primeras galaxias que se formaron en el Universo orbitando en el patio trasero de la Vía Láctea – explica Frenk – es el equivalente astronómico de hallar los restos de los primeros humanos que habitaron la Tierra. Es muy emocionante. Nuestro hallazgo respalda el modelo actual para la evolución de nuestro Universo, en el que las partículas elementales que componen la materia oscura impulsan la evolución cósmica”.

Juan Scaliter