Una investigación liderada por Mélanie Roffet-Salque,de la Universidad de Bristol ha descubierto evidencia de que ya 8.200 años atrás, los primeros agricultores se estaban adaptando al cambio climático.

El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, se centró en el asentamiento neolítico de Çatalhöyük en el sur de Anatolia, Turquía.

Durante el apogeo de la ocupación de la ciudad, unos 8.200 años atrás, se produjo un evento climático bien documentado que resultó en una disminución repentina de las temperaturas globales causada por una gran cantidad de agua de deshielo glacial de un enorme lago de agua dulce en el norte de Canadá.

Examinando los huesos de los animales excavados en el sitio, el equipo de Roffet-Salqueconcluyó que los pastores de la ciudad cambiaron su habitual ganado vacuno por ovejas y cabras, más resistentes a la sequía.

Los autores también analizaron la grasa animal que sobrevivió en recipientes de cerámica y por primera vezdemostraron que estos compuestos llevan evidencia del evento climático en su composición isotópica.

De hecho, usando el principio “somos lo que comemos”, los científicos dedujeron que la información isotópica de las grasas animales era similar a la de la lluvia de aquella época ya que se detectó un cambio en la señal de hidrógeno en el período correspondiente al evento climático, lo que sugiere cambios en los patrones de precipitación.

“Los cambios en los patrones de precipitación en el pasado – explica Roffet-Salque en un comunicado – se obtienen tradicionalmente utilizando el océano o núcleos de sedimentos del lago. Esta es la primera vez que dicha información se deriva de la grasa conservada en vasijas de cerámica, algo que abre una vía de investigación completamente nueva: la reconstrucción del clima pasado en el mismo lugar donde la gente vivía”.

Más información: Proceedings of the National Academy of Sciences: Evidence for the impact of the 8.2-kyBP climate event on Near Eastern early farmers

Juan Scaliter