Los gimnasios son lugares a los que las personas acuden para tener una vida más sana. Pero casi la mitad de ellos, en EE. UU. contienen un cancerígeno potencialmente adictivo, sgún informa un reciente estudio en JAMA Dermatology: cabinas de bronceado.

El ejercicio reduce el riesgo de prácticamente todos los tipos de cáncer, excepto uno: el melanoma, la forma más letal de cáncer de piel. Las personas que hacen ejercicio tienen, en gran medida, un mayor riesgo de cáncer de piel y, sin embargo, muchos gimnasios en los EE. UU. tienen camas de bronceado. En otras palabras, las camas de bronceado en los gimnasios están dirigidas a personas que ya tienen un mayor riesgo de cáncer de piel.

El ejercicio y el bronceado son actividades que las personas usan para mejorar su apariencia; y las personas que broncean en los gimnasios se broncean más a menudo, y de manera más adictiva, que aquellas que usan solo cabinas de bronceado, según un estudio dirigido por Sherry Pagoto.

Pagoto, señala en un comunicado que “al combinar el ejercicio con camas de bronceado, los gimnasios envían el mensaje de que el bronceado es parte de un estilo de vida saludable y no lo es”.

El equipo liderado por Pagoto realizó una encuesta a 636 personas que habían usado una cabina de bronceado al menos una vez en su vida. Entre los voluntarios, el 24% se había bronceado en un gimnasio al menos una vez. Estos suelen usarlo más de una vez y tenían más probabilidades de adaptarse a un perfil de bronceado adictivo, de acuerdo con declaraciones como «Mis deseos de bronceado se vuelven más intensos si no acudo a una cabina” y “A veces, he usado dinero destinado a pagar facturas para mis sesiones de bronceado”. El estudio también encontró que un mayor bronceado se asociaba con el ejercicio más frecuente, que es especialmente preocupante, debido a la conexión entre el ejercicio intenso y el riesgo de cáncer de piel.
Los investigadores no saben por qué el ejercicio se asocia con un mayor riesgo de cáncer de piel. Pero sí saben que la mayoría de los cánceres de piel son causados por la exposición a la luz ultravioleta, que es lo que producen las camas de bronceado.

“El ejercicio y el bronceado son las dos cosas que las personas usan para verse mejor, por lo que podemos ver una conexión entre estos dos comportamientos, y por qué los gimnasios proporcionan camas de bronceado a los clientes – concluye Pagoto –. El bronceado en interiores es la misma clase de cancerígeno que el tabaco, el radón y el arsénico. Y esas no son cosas que querrías mientras te ejercitas”.

Juan Scaliter