Un equipo internacional de científicos, liderados por John McGeehan, ha descubierto una nueva familia de enzimas que allana el camino para convertir los residuos vegetales en productos sostenibles y de gran valor como nylon, plásticos, productos químicos y hasta combustibles.
El estudio, publicado en Nature Communications, está centrado en la lignina, uno de los componentes principales de las plantas: actúa como “esqueleto” en las plantas y es fundamental para el suministro de agua. Proporciona fuerza y también defensa contra los patógenos.

“Las enzimas son catalizadores biológicos que pueden realizar increíbles reacciones – explica McGeehan en un comunicado –, rompiendo algunos de los polímeros más resistentes, naturales y artificiales. Los vegetales han desarrollado un material llamado lignina que solo puede ser utilizado como catalizador por una pequeña selección de hongos y bacterias. La lignina se encuentran entre los biopolímeros más abundantes de la Tierra. El éxito de las plantas se debe en gran medida a la mezcla inteligente de estos polímeros para crear lignocelulosa, un material difícil de digerir”.
El equipo de McGeehan descubrió una forma de descomponer la lignina en sus productos químicos básicos. Los resultados brindan un camino para fabricar nuevos materiales y productos químicos, como nylon, bioplásticos e incluso fibra de carbono, de lo que hasta ahora había sido un producto de desecho.

El descubrimiento también ofrece beneficios medioambientales adicionales: la creación de productos a partir de la lignina reduce nuestra dependencia del petróleo para fabricar productos cotidianos y ayuda a reducir las emisiones de CO2.

Juan Scaliter