Unos 50 años desde la Prueba de malvavisco, en la que los niños de 3 a 5 años debían elegir entre comer un dulce de inmediatoo esperar varios minutos para obtener dos, los resultados actuales muestran un interesante cambio: los menores de hoypueden retrasar la gratificación significativamente más tiempo para obtener esa recompensa adicional. Esta es la conclusión de nuevo estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología.

“Aunque vivimos en una era de gratificación instantánea donde todo parece estar disponible de inmediato a través de teléfonos inteligentes o internet, nuestro estudio sugiere que los niños de hoy pueden retrasar la gratificación más tiempo que los niños en los años 60 y 80 – explica Stephanie M. Carlson, líder del estudio en un comunicado – . Este hallazgo contrasta con la suposición de los adultos de que los niños de hoy tienen menos autocontrol que las generaciones anteriores.”

El equipo de Carlson analizó los resultados de la prueba original del malvavisco así como las réplicas realizadas en la década de 1980 y principios del 2000. Desafiando las expectativas, los niños que participaron en sus estudios en la década de 2000 esperaron un promedio de dos minutos más (durante un período de 10 minutos) que los de la década de 1960, y un minuto más que los evaluados en los años 1980.
La capacidad de retrasar la gratificación en la infancia se ha asociado con una serie de resultados positivos en la adolescencia y en la edad adulta. Estos incluyen una mayor competencia académica, un peso más saludable, un manejo efectivo del estrés y la frustración, la responsabilidad social y las relaciones positivas con los compañeros.
Los investigadores ofrecieron varias explicaciones posibles de por qué los niños dehoy esperan más que los de décadas anteriores. Observaron un aumento estadísticamente significativo en los puntajes de coeficiente de inteligencia en las últimas décadas, que se ha relacionado con tecnologías que cambian rápidamente, una mayor globalización y los correspondientes cambios en la economía. En un nivel más psicológico, los incrementos en el pensamiento abstracto, que están asociados con la tecnología digital, pueden contribuir a las habilidades de la función ejecutiva, como el retraso en la gratificación, dijeron.

Otra explicación puede ser el mayor enfoque de la sociedad en la importancia de la educación temprana. En 1968, solo el 15,7 % de todos los niños de 3 y 4 años en los Estados Unidos asistieron a la educación preescolar. Ese número aumentó a más del 50% en el año 2000.

Juan Scaliter