Cada año, en Israel, se celebra la Conferencia Anual Young Engineer, en el Instituto Technion. Se trata de un evento promovido por la Red de Escuelas Sci-Tech de ORT en el que alrededor de 250 estudiantes de menos de 18 años de 23 escuelas de todo el país, presentan proyectos en categorías que incluyen biomedicina, espacio, ecología, robótica, informática, inteligencia artificial y otras.
En esta edición dos estudiantes de 17 años, los hermanos Gilad y Neta Drori, mostraron un sistema diseñado para identificar incendios forestales en una etapa temprana, antes que se propaguen, previniendo daños e incluso salvando vidas.

El sistema analiza fotografías aéreas tomadas por satélite o cámaras conectadas a globos de observación y los compara utilizando un algoritmo para el procesamiento de imágenes.

El algoritmo identifica los colores de la imagen mediante ondas infrarrojas y ultravioletas y compara las imágenes en diferentes momentos para determinar si hay una indicación de un incendio, las condiciones meteorológicas del momento (viento, humedad, temperatura, etc.) y señala la posibilidad de propagación. Al mismo tiempo envía una alerta a las autoridades pertinentes con las coordenadas.
“Pensamos que era necesario desarrollar un sistema que pudiera reconocer un incendio forestal en una etapa temprana ya que una vez que se propaga es difícil detenerlo – explica Gilad en una entrevista –. Notificar a las autoridades de un incendio forestal cuando recién comienza es primordial ya que un fuego crece de manera exponencial porque a medida que crece su diámetro, queda expuesto a más material inflamable y, por lo tanto, sigue creciendo”. El sistema ya ha despertado el interés de numerosas empresas y gobiernos que quieren comenzar a utilizarlo. Teniendo en cuenta que en nuestro país, en breve, comienza el verano y cada año se producen unos 10.000 incendios, se trata de una tecnología muy necesaria para evitar que estos eventos sigan aumentando. Entre 2007 y 2017, las superficies arboladas que sufrieron un incendio aumentaron un 145%, mientras que la superficie forestal casi se duplicó ,abarcando, en total unas 250.000 hectáreas, la mitad de la superficie de las islas Baleares.

Juan Scaliter