¿Qué hace que una persona sea vista como alguien interesante? ¿Su ropa, la actitud, la posición social?
Caleb Warren, lleva años investigando en ello. Antes se suponía que ser interesante o guay tenía relación con ser diferente o rebelde. Y, en cierta medida, las primeras investigaciones realizadas por Warren demostraron que esa teoría era cierta. La segunda respuesta más habitual tenía que ver con ser indiferente y no mostrar sus emociones.

“¿Es realmente atractivo ser inexpresivo en lugar de mostrar emoción? – señala Warren en un comunicado –. La expresión emocional más común, al menos en los anuncios y revistas, es sonreír. Por lo tanto, decidimos evaluar si resulta más interesante sonreír o ser inexpresivo”.
Para probar la teoría, el equipo liderado por Warren creó varios anuncios publicitarios en los que aparecían actores desconocidos y figuras del deporte como Michael Jordan o del espectáculo como James Dean. El protagonista era representado dos veces, una con una sonrisa y otra sin ella, y los voluntarios debían calificar cuan interesante o guay era el protagonista.

“Lo que descubrimos – añade Warren – es que los protagonistas de los anuncios eran vistos como menos interesantes cuando eran inexpresivos en comparación con cuando sonreían. Incluso James Dean, de quien se había dicho que era interesante por esa pose, se volvió menos atractivo cuando se lo comparó con una imagen en la que sonreía”.

Los investigadores también preguntaron a los voluntarios cómo les afectaba la forma de representar una marca o un evento, y la sonrisa siempre era el mejor modo. O casi siempre.
La única vez que se consideró que una sonrisa no era adecuada era en situaciones de gran competitividad. Cuando a los voluntariosse les presentó un anuncio de una pelea de artes marciales mixtas, dijeron que el luchador inexpresivo era más interesante que su homólogo sonriente.

“La forma en que la interpretamos estos últimos resultados – concluye Warren – es que en una situación altamente competitiva, la pregunta más importante no es si nos gusta esa persona, lo que importa es si tendrá éxito. Y un rostro menos expresivo se interpreta como un signo de dominio, lo cual es importante en estos casos”. El estudio ha sido publicado en Journal of Consumer Psychology.

Juan Scaliter