De acuerdo con estadísticas oficiales, cerca de dos millones y medio de españoles sufren de depresión. Y las mujeres casi duplican los casos diagnosticados en hombres: un 16,5% contra un 8,9%. Ahora, un nuevo estudio señala que las consecuencias de la depresión también pueden extenderse a los hijos. La afirmación es parte de un estudio publicado en Child Development y liderado por Patricia East, que concluye que la depresión de una madre puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo de un niño hasta los 16 años.
Los investigadores analizaron a aproximadamente 900 niños sanos y a sus madres a intervalos de cinco años desde la infancia hasta la edad de 16 años. Observaron cuán afectuosas y receptivas eran las madres con sus hijos en cada período de edad, y con qué frecuencia proporcionaban materiales de aprendizaje apropiados adecuado para la edad. Los niños fueron evaluados en habilidades cognitivas verbales usando pruebas de cociente intelectual estandarizadas durante cada evaluación. Las madres fueron examinadas para detectar síntomas de depresión.

“Descubrimos que las madres con depresión – explica East en un comunicado – no invirtieron emocionalmente ni proporcionaron materiales de aprendizaje para apoyar a sus hijos, como juguetes y libros, al mismo nivel que las madres que no estaban deprimidas. Esto, a su vez, afectó el coeficiente de inteligencia del niño a edades 1, 5, 10 y 16 años. La consistencia y permanencia de estos datos a lo largo del tiempo hablan del efecto perdurable que tiene la depresión en la crianza”.

En una escala de uno a 19, el puntaje promedio de Coeficiente Intelectual (CI) verbal para todos los niños en el estudio a la edad de 5 años fue de 7,64. Los niños que tenían madres severamente deprimidas tenían un coeficiente de inteligencia verbal promedio de 7,3 en comparación con un puntaje de 7,78 en el resto de los niños.
«Aunque aparentemente son diferencias pequeñas – concluye East –, son muy significativas en términos de las habilidades verbales y el vocabulario de los niños. Los resultados de nuestro estudio muestran las consecuencias a largo plazo que un niño puede experimentar debido a la depresión materna crónica”.

Juan Scaliter