En ratones, el «instinto básico» de una madre para coger a su cría y devolverla al nido, depende de un conjunto específico de señales de células cerebrales, según señala un nuevo estudio publicado en Neuron y liderado por Dayu Lin. Los expertos rastrearon las raíces de este comportamiento hasta las células cerebrales que producen el químico de señalización, dopamina, cuya liberación se sabe que crea sentimientos de satisfacción.

«Nuestro estudio – explica Lin en un comunicado – muestra precisamente cómo se genera un instinto maternal en el cerebro de los mamíferos. Además, creemos que los hallazgos anulan la idea de que el sistema de dopamina produce un “subidón” después de un buen comportamiento, y argumentan que la dopamina puede impulsar acciones antes de que se sienta satisfacción».

El estudio afirma que, debido a que la evolución ha conservado la bioquímica en la mayoría de los mamíferos, los hallazgos pueden ayudar a explicar las conductas maternales humanas, como amamantar y acunar a un recién nacido, y sugerir nuevas formas de ayudar a las madres primerizas que tienen problemas para amamantar o vincularse con sus bebés.
Para el estudio, los investigadores analizaron la actividad cerebral en docenas de ratones hembra mientras interactuaban con sus propias crías y con las de otras hembras. El equipo de Lin se centró en estudiar una región del cerebro llamada área preóptica medial (MPOA por sus siglas en inglés).

Las pruebas mostraron que entre los millones de células en esta región del cerebro, las pocas que tenían una proteína de señalización en su superficie un receptor llamado de estrógeno alfa, eran las más activas eléctricamente cuando las madres ubicaban y luego llevaban a sus crías al nido. La actividad en la región se redujo una vez que las crías estaban junto a las madres.

Para profundizar aún más en el hallazgo, los científicos estimularon químicamente cientos de miles de estas neuronas, lo que provocó que las madres fueran hacia sus crías. Incluso las que no eran madres, buscan crías de otras si las neuronas se activaban artificialmente. Del mismo modo, cuando los investigadores bloquearon químicamente la actividad en estas células, la búsqueda de las crías cesó.
El próximo paso del equipo de Lin es estudiar si ocurren acciones similares en los cerebros de los ratones padre, cuyo comportamiento agresivo hacia los cachorros es conocido por cesar durante un corto período de tiempo alrededor del nacimiento.

Juan Scaliter