Investigadores del Hospital de Investigación Infantil St. Jude, liderados por Jian Zuo, descubrieron que la inhibición de una enzima llamada quinasa dependiente de ciclina 2 (CDK2) protege a ratones y ratas de la pérdida de audición inducida por el ruido o las drogas. El estudio, publicado en el Journal of Experimental Medicine, sugiere que los inhibidores de CDK2 previenen la muerte de las células del oído interno, lo que tiene el potencial de salvar la audición de millones de personas en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, 360 millones de personas en todo el mundo, incluidos 32 millones de niños, sufren pérdida de audición causada por defectos congénitos u otros factores, como enfermedades infecciosas, uso de ciertos medicamentos o exposición a ruido excesivo. Sin embargo, actualmente no existen medicamentos aprobados por la FDA (Agencia de Alimentos y Fármacos) para prevenir o tratar la pérdida de la audición.
El equipo de Zuo examinó más de 4.000 medicamentos conocidos por su capacidad para proteger las células cocleares del agente quimioterapéutico cisplatino, utilizado en diferentes tipos de tumores, pero que causa pérdida de audición irreversible en hasta 70% de los pacientes.

De acuerdo con un comunicado y sus colegas identificaron múltiples compuestos que protegían a las células cocleares del cisplatino, algunas de las cuales ya están aprobadas para tratar otras afecciones. Tres de los diez compuestos más efectivos fueron inhibidores de una enzima llamada CDK2. Uno de estos inhibidores de CDK2, la kenpaulona, fue más eficaz que otros compuestos que se encuentran actualmente en ensayos clínicos para tratar la pérdida auditiva.

Los resultados mostraron que una inyección de kenpaulona en el oído medio fue suficiente para proteger a ratones y ratas de la pérdida de audición inducida por cisplatino. Además, la kenpaulona también protegió la audición de los ratones a un nivel de ruido de hasta 100 dB, mayor que el de una sirena de policía.

Juan Scaliter