Un grupo de investigadores, liderados por , Sudhansu K. Dey, combinaron el uso de imágenes en 3D con pruebas moleculares, para adquirir nuevos conocimientos sobre las primeras etapas del embarazo de mamíferos. El estudio, publicado en Nature Communications, señala que, en ratones, las glándulas del útero deben unirse y comunicarse directamente con el embrión para que se implante y comience el embarazo.

“Mostramos que las glándulas nutren los embriones forjando una conexión directa entre las dos entidades – explica Dey en un comunicado –. Las secreciones de las glándulas producen moléculas esenciales para el desarrollo del embrión, entre ellas Vangl2. Sin esta última, las glándulas no se extienden y se conectan al embrión, y el embrión no se implanta correctamente”.

Los investigadores están buscando respuestas a los problemas del embarazo para ayudar a abordar las altas tasas de mortalidad prematura y de nacimiento, que siguen siendo desafíos de salud persistentes en la sociedad moderna. Este estudio es solo una pieza del rompecabezas en un amplio campo de investigación que trata de desentrañar las causas genéticas, moleculares y de estilo de vida, según Dey.
Todavía no está claro cómo los hallazgos del estudio actual se aplican al embarazo humano, pero los autores señalan que abre las puertas a futuras posibilidades de investigación en otros modelos animales que se aproximan más al embarazo humano.

Juan Scaliter