A la hora del cortejo, cada especie tiene sus preferencias: más colorido, demostraciones con mayor intensidad sonora o despliegues de virtudes físicas grandilocuentes. Las cangrejos violinistas (Uca mjoebergi) , por su parte, son sensibles a los cambios en la velocidad de cortejo de los machos, prefiriendo significativamente aquellos que aceleran el ritmo a los que llevan a cabo su “danza” a velocidad constante o van disminuyendo en intensidad. De hecho son capaces de rechazar a decenas de ellos antes de tomar una decisión. Así lo afirma un artículo publicado en Biology Letters.
Los machos de esta especie, que habita las costas del norte de Australia, agitan con determinación sus pinzas durante las exhibiciones de cortejo, un ejercicio exigente que lleva a la fatiga.La responsable del estudio, Sophie Mowles, ha demostrado que los cangrejos machos que realizan exhibiciones más vigorosas, enérgicamente costosas, tienen una mejor forma física, lo que significa que esta señal merece atención desde la perspectiva de una hembra.

Para estudiar la importancia del tempo en las decisiones de apareamiento, el equipo liderado por Mowles, construyó brazos robóticos de cangrejo violinista machocapaces de variar la velocidad de movimiento.
A continuación se presentaron estos sucedáneos de machos a las hembras quienes demostraron una fuerte preferencia por los robots que aumentaban el ritmo de su despliegue.
Incluso en los puntos en que los tres cangrejos robóticos mostraban la misma frecuencia, las hembras se inclinaban por el macho cuya velocidad iba en aumento. Esto indica que las hembras se dan cuenta de que el macho podría estar en una trayectoria para aumentar aún más su índice de ondas, al tiempo que demuestran que son capaces de conservar energía hasta que sea necesario.

“La repetición de la señal dinámica – explica Mowles en un comunicado –, como se ve en el cortejo de cangrejos violinistas macho, puede incurrir en gastos energéticos significativos que revelan las cualidades de quien hace la demostración. Esto permite a las hembras seleccionar compañeros físicamente aptos ya que estas señales de resistencia reflejarán la capacidad de un macho para realizar otras actividades exigentes asociadas con la supervivencia, y reducir el riesgo de apareamiento con pretendientes más débiles”.

Juan Scaliter