El deterioro cognitivo leve es una etapa intermedia entre la disminución cognitiva propia del envejecimiento normal y la disminución más grave vinculada a la demencia. Los síntomas pueden implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio.
A nivel global, más del 6% de los mayores de 60 años tienen deterioro cognitivo leve, proporción que llega a más de un tercio en las personas de 85 años o más.
En general, estos cambios no son lo suficientemente graves como para interferir significativamente con la vida cotidiana, sin embargo, el deterioro cognitivo leve puede aumentar el riesgo de progresar hacia la demencia causada por la enfermedad de Alzheimer u otras afecciones neurológicas. Pero algunas personas con deterioro cognitivo leve nunca empeoran.
Ahora, un nuevo estudio, publicado en Neurology, establece una guía destinada a personal médico, en la que se recomienda realizar ejercicio dos veces por semana a personas con deterioro cognitivo leve, para mejorar la memoria y el pensamiento.
“Hace tiempo que se ha demostrado que el ejercicio físico regular tiene beneficios para la salud del corazón – explica Ronald Petersen, autor principal del estudio, en un comunicado –, ahora podemos decir que el ejercicio también puede ayudar a mejorar la memoria en las personas con deterioro cognitivo leve. Lo que es bueno para el corazón, también puede ser bueno para el cerebro”.
A lo largo de seis meses, el equipo de Petersen analizó el impacto de al menos dos sesiones semanales de ejercicio en personas con deterioro cognitivo leve. Básicamente se trataba de 150 minutos totales de ejercicio, distribuidos a los largo de cinco días. El nivel de esfuerzo debería ser suficiente para ejercitarse, pero no tan riguroso que impida mantener una conversación.
«No debemos ver el envejecimiento como un proceso pasivo – concluye Petersen –, podemos hacer algo. Si hacer ejercicio, retrasa 3 o cinco años algunos deteriores, no hacerlo puede ser un gran problema”.

Juan Scaliter