Paleontólogos en la Universidad de Toronto y el Museo Real de Ontario han realizado un exhaustivo estudio de una criatura marina pequeña pero excepcionalmente feroz llamada Habelia optata que ha confundido a los científicos desde que se descubrió por primera vez hace más de un siglo.
La investigación, publicada en BMC Evolutionary Biology, fue liderada por Jean-Bernard Caron.
De aproximadamente 2 cm de longitud, con una cola tan larga como el resto de su cuerpo, la Habelia optata, ya extinguida, pertenece al grupo de animales invertebrados llamados artrópodos Vivió durante el período Cámbrico medio, hace aproximadamente 508 millones de años. Habelia optata fue parte de la «explosión del Cámbrico», un período de rápido cambio evolutivo, en el que la mayoría de los principales grupos de animales emergieron por primera vez en el registro fósil.
Al igual que todos los artrópodos, Habelia optata presenta un cuerpo segmentado con un esqueleto externo y extremidades articuladas. Lo que no estaba claro durante décadas, sin embargo, era a qué subgrupo de artrópodos pertenecía, lo que hizo que se abandonara y se tratara como un enigma.
El nuevo análisisefectuado por el equipo de Caron sugiere que Habelia optata fue un pariente cercano del ancestro de todos los quelicerados, uno de los subgrupos de artrópodos que viven en la actualidad, llamado así por la presencia de apéndices llamados quelíceros en la boca y utilizados para cortar alimentos. En total los expertos analizaron 41 especímenes.

«Habelia muestra en gran detalle la arquitectura corporal de la que surgieron los quelicerados – explica Caron –, lo que nos permite resolver algunas preguntas de hace mucho tiempo. Por ejemplo, ahora podemos explicar por qué los cangrejos de herradura tienen un par reducido de miembros: el chilaria – en la parte posterior de sus cabezas. Esas son reliquias de apéndices completamente formados, ya que los quelicerados parecen originalmente tener cabezas con no menos de siete pares de extremidades».
La investigación señala que el cuerpo de Habelia optata, estaba cubierto por una multitud de diferentes espinas y se dividía en cabeza, tórax y post-tórax, todos con diferentes tipos de apéndices. El tórax muestra cinco pares de piernas, mientras que el post-tórax contiene apéndices redondeados probablemente utilizados en la respiración.
El sorprendente resultado de este estudio, a pesar de la relación evolutiva de Habelia con los quelicerados, es que estas características inusuales llevaron a los investigadores a comparar la cabeza de Habelia con los mandibulados desde una perspectiva funcional. Por lo tanto, los apéndices sensoriales propios de la Habelia podrían haber sido utilizados de manera similar al uso que le daban los mandibulados a las antenas.

Juan Scaliter