BI son las siglas del nombre de un niño australiano de siete años (cuya identidad no ha trascendido) cuyo caso ha sido considerado único en el mundo. El pequeño perdió el centro de procesamiento visual del cerebro a los dos meses de nacer, a causa de un trastorno metabólico raro concoido como acil-Co-A deshidrogenasa de cadena media.

Lo normal es que el niño se hubiera quedado ciego pero, sorprendentemente, su visión es completamente normal. Los médicos que estudian el caso explican que su organismo ha desarrollado algún tipo de mecanismo que compensa esa pérdida, aunque por el momento ignoran como se ha producido este «milagro científico». Sea como sea, el caso abre la puerta a investigar la posibilidad de que los cerebros de los recién nacidos tengan una capacidad para regenerarse (al menos en cierta medida) de la que carecen los de las personas adultas.

La llamada deficiencia de acil-Co-A deshidrogenasa de cadena media, es una enfermedad que se produce cuando no funciona la enzima acil-Co-A, cuya función es descomponer la grasa de los alimentos que consumimos y transformarla en energía. El cuadro de síntomas que produce va desde los más leves, como la fiebre o náuseas, hasta otros más graves, pudiendo causar un coma. Y, cuando se sufren varios episodios de este síndrome, el daño cerebral puede ser irreparable.

Tal y como explicaron los investigadores delAustralian Regenerative Medicine Institute, en la Monash University, que estudian el caso de BI, el niño tenía dañado por esa enfermedad el cortex visual, región situada en la parte trasera del cerebro, responsable de transformar en imágenes la información que transmite la retina a través del nervio óptico. Como con secuencia, el pequeño no debería ver, pero la realidad demuestra que mantiene casi intacta la capacidad para reconocer rostros y desenvolverse con soltura en su entorno.

Vicente Fernández López